El Mundo del Museo





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Rufino Tamayo
Pintor
(1899 / 1991)
México
Rufino del Carmen Arellanes Tamayo nació en el barrio de El Carmen Alto en la ciudad de Oaxaca. Desde 1911, el artista quedó a cargo de sus tíos Amalia, Leopoldo y Sebastián a causa de la muerte de su madre. Ellos se establecieron en la Ciudad de México, donde el joven pintor conseguía en la Calle de Palma tarjetas postales con reproducciones de cuadros famosos para después copiarlas. Tamayo abandonó sus estudios de contabilidad para ingresar a la Escuela Nacional de Artes Plásticas en 1917. Sus primeras producciones representan sus experimentaciones con el impresionismo, fauvismo y cubismo, además de que creó formas primitivas como era el interés de los artistas de vanguardia europeos, impregnadas con el espíritu mexicano. La obra de Tamayo fue criticada en sus inicios pues no tenía tintes políticos o ideas revolucionarias como los demás artistas modernos. Por esta razón el joven artista abandonó el país y se mudó a Nueva York donde recibía la retroalimentación que necesitaba para fortalecer su estilo. En su producción artística de esta época experimentó con elementos del arte contemporáneo europeo más las formas del arte de las culturas antiguas mexicanas y el arte popular. En la década de los cuarenta su fijación fue la figura humana que representó como figuras simbólicas y monumentales, tal vez en alusión a las esculturas monolíticas prehisánicas. A finales de la Primera Guerra Mundial, el artista comenzó a interesarse por representar las emociones humanas, que él denominó como "realismo poético". en 1948, Tamayo fue invitado para realizar un mural en el Palacio de Bellas Artes. A inicios de la década siguiente fue invitado para participar junto con Diego Rivera, Siquieros y la obra de Orozco, quien murió un año antes - en la XXV Bienal de Venecia, en la cual su obra fue muy aclamada. A partir de entonces el artista decidió establecerse en París. Presentó su obra en diversas galerías de Italia, Inglaterra y Francia. Durante su residencia en este país, la obra de Tamayo adquirió una cromática oscurecida, tal vez en resonancia a la atmósfera melancólica y existencialista de la posguerra. A su regreso a México, el artista realizó una retrospectiva en el Museo de Arte Moderno y se le otorgó el Premio Nacional de las Artes en 1964. De esta década destaca su obra mural "Fraternidad", que actualmente se encuentra en el edificio de la Organización de las Naciones Unidas. En la década de los setenta, la obra de Tamayo presenta formas humanas más austeras y geométricas. El Estados mexicano adquirió 33 de sus obras para enriquecimiento de las colecciones del INBA y en 1979, el Museo Guggenheim de Nueva York dedicó una retrospectiva al pintor. En el Palacio de Bellas Artes, el artista fue invitado a exponer su obra para conmemorar los 80 años de creación artística.
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Museo Tamayo
México
Desde finales de los años sesenta, el artista oaxaqueño Rufino Tamayo comenzó a formar una colección de arte contemporáneo internacional. El Museo Tamayo, ubicado en la 1era Sección del Bosque de Chapultepec, alberga dicha colección y fue fundado por el artista con el objetivo de facilitarle al público mexicano un acercamiento al arte del siglo XX. Tamayo trabajó de cerca con los arquitectos de este edifico, el cual conforma una pieza más de la colección del museo. Su diseño particular, que ofreció soluciones plásticas y funcionales íntegramente, hizo merecedores a los arquitectos Zabludovksy y González de León del Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1982. Su diseño de taludes con vegetación aluden a las edificaciones piramidales prehispánicas; fue construido con mármol blanco, cristal y madera, y de esta manera sus salas son iluminadas con luz natural y artificial. Este recinto cultural fue creado con patrocinio de Grupo Alfa y Fundación Cultural Televisa. Desde 1986, el museo forma parte del patrimonio nacional y es administrado por el Instituto Nacional de Bellas Artes. Con el propósito de apoyar al museo, Tamayo y su esposa, Olga, crearon la Fundación Olga y Rufino Tamayo, instituida en 1989 con el objetivo de apoyar la infraestructura museística y el desarrollo de proyectos de investigación del Museo Tamayo. A través de este recinto, la fundación apoya la adquisición y difusión de arte contemporáneo, así como la obra del maestro Tamayo. ...
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Obra relacionada Más


El hombre
Rufino Tamayo
1953
Esta obra del artista oaxaqueño forma parte de la colección de Arte Latinoamericano del Museo de Arte de Dallas. Este museo conserva 17 obras del artista. El artista utilizó vinil y pigmentos mezclados sobre lienzo para dar vida a esta obra con temática sobre la humanidad. Se trata de un soporte rectangular dispuesto en vertical de 5.48 m de largo por 3.20 m de ancho. Fue comisionada por la Asociación de Arte de Dallas con el fin de fortalecer los lazos entre México y los Estados Unidos. Para este propósito, se le encargó al artista realizar un mural cuyo tema celebrara "la universalidad de la condición humana". Al principio, el título elegido por el artista fue "Man excelling himself", pero después lo cambió por "El hombre". Esto es algo importante de mencionar, ya que el primer título conlleva un significado muy particular mientras que el segundo título, al referirse al "hombre", sugiere un término que puede tener un contenido muy universal. Una posible interpretación del cuadro consiste en una figura humanoide color ocre cuyas extremidades se aprecian casi geometrizadas. Esta forma antropomorfa mantiene firmes sus piernas sobre el suelo, la tierra, de color ocre más obscuro. Esto quizá aluda a la creación del hombre que nació de la madre tierra, que es una de las concepciones mitológicas más fundamentales de las antiguas civilizaciones prehispánicas. En el cuadro, el cuerpo humano se alarga conforme se estira para alcanzar la bóveda celeste. Su materia lo une necesariamente a la Tierra pero en sus ideales busca llegar al espacio, donde habitan las estrellas consteladas. Ello se puede interpretar como el hombre que es parte de un microcosmos y un macrocosmos a su vez. Su figura, geométrica y deforme, demuestra la búsqueda del artista por descomponer las cosas de la realidad para después analizarlas y recomponerlas en su obra plástica. Ciertamente estos elementos los ha tomado de la pintura de Georges Braque y los utiliza para mostrar su propia percepción del hombre. La obra de Tamayo no siempre tiene la intención de "representar algo", o hacer que el espectador reflexione algo en ella o busque su significado escondido; se trata de un artista que hace una traducción de la realidad a partir de un proceso que ha sido comentado por diversos críticos de arte: la destrucción de lo real y después la recomposición de sus elementos, y esa es su forma de analizar las cosas, como ha hecho en este mural sobre el hombre. En éste, así como en toda la obra de Tamayo, se aprecia su genialidad en el manejo del color, cuyas gradaciones son infinitas. Esta posibilidad de usar los pigmentos genera ambientes muy diversos en sus cuadros. Por el uso del azul y sus múltiples gradaciones se puede observar un cielo nocturno y el espacio exterior más allá de éste. Por otro lado, las gradaciones de ocre en la parte inferior del cuadro remiten a lo terrestre, al calor y al fuego, que puede interpretarse como una contraposición de lo frío, oscuro y azul del cielo nocturno. ...
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