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El camión
Frida Kahlo (1929) México |
El 17 de septiembre de 1925, después de salir de la Escuela Nacional Preparatoria, Frida Kahlo y su amigo Alejandro Gómez Arias abordaron un camión para regresar a Coyoacán. En el recorrido, el chofer del camión quiso ganar el paso al tranvía, lo que ocasionó un terrible choque de tránsito. Según la narración de Alejandro, "el camión estalló en mil pedazos, y un tubo de los pasamanos se incrustó a la altura del vientre de Frida, lesionando la pelvis y ocasionándole otras heridas". Este accidente obligó a la joven Frida a guardar reposo en cama, así como a utilizar corsés para corregir su cuerpo, por lo que su madre, Matilde Calderón, dispuso un espejo en el techo de la cama de la joven, así como un caballete especial para que ella distrajera su frustración con la pintura. Este cuadro, tal como la obra autobiográfica de la artista, refiere este trágico día, mas en la imagen el accidente aún no sucede. Particular es el dibujo de las expresiones de los presentes, de distintas clases sociales que reflejan a la población mexicana, además de la postura del niño de espaldas que mira hacia el horizonte tranquilo que se aleja de la ciudad. La obra revela el humor negro de la artista, pues los personajes enfrentarían en corto tiempo un accidente que cambiaría sus vidas. Tras el accidente, Alejandro y Frida no volvieron a retomar su amistad, aunque la artista así lo hubiera querido. La obra forma parte de la colección del Museo Dolores Olmedo Patiño, y tiene unas medidas de 55.5 x 260 cm. |
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