El Mundo del Museo





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Joaquín Sorolla
Pintor
(1863 / 1923)
España
Originario de Valencia, el pintor Joaquín Sorolla Bastida estudió en la Escuela de Bellas Artes entre 1878 y 1881. Como ganador de una medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes, obtuvo una pensión para viajar a Italia. Después de viajar por París y Roma, se instaló finalmente en Asís, donde comenzó a pintar escenas costumbristas del ambiente valenciano, y esta etapa creativa repercutiría en sus obras tardías. En 1888, el artista contrajo matrimonio con Clotilde García del Castillo, con quien tuvo tres hijos. Un año después de su matrimonio, viajó a París para presenciar la Exposición Universal donde descubrió el tratamiento de la luz en la obra de los pintores nórdicos. En este momento comenzó Sorolla con una nueva etapa creativa enfocada en el tratamiento de la luz, y comenzó a pintar escenas costumbristas en el mar, así como escenas realistas. Con la obra "La vuelta de la pesca" de 1895, el artista consiguió su primer éxito internacional. En 1900, Sorolla obtuvo el Grand Prix de los pabellones español y lusitano en la Exposición Universal de París. A partir de este momento comenzó una nueva etapa creativa en su obra, donde experimentó con los "ismos" o vanguardias que emergieron en París a la par de sus escenas costumbristas marineras. Durante la primera década del siglo XX, Sorolla expuso su obra individualmente en diversas ciudades europeas como Berlín, Dusseldorf, Colonia y Londres. En 1909, su obra fue exhibida en Nueva York, Buffalo, Boston, y en Chicago y Sant-Louis en el año de 1911. En este mismo año, el artista firmó un contrato con la Sociedad Hispánica de América en Nueva York con lo que fue comisionado para pintar un mural sobre las provincias de España, conocido como "Su visión de España". Tras un ataque de hemiplejía en 1920, muere finalmente tres años más tarde en Madrid.
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Museo relacionado Más


Museo Sorolla
España
El museo, dedicado a la vida y obra del artista valenciano, fue diseñado por el mismo Joaquín Sorolla, donde vivió con su familia desde 1911 hasta su muerte. Ubicado en el Paseo de la Castellana en la ciudad de Madrid, la casa de Sorolla fue legada al Estado mediante el testamento de su mujer, así como con todas sus colecciones. La casa es en sí una obra más de la colección del artista valenciano, pues imprimió en ella sus gustos más refinados. En su espacio se pueden apreciar los estudios del artista, zonas domésticas, un patio estilo andaluz con decoraciones de azulejos y tiestos, y un jardín que recuerda al Alcázar de Sevilla por sus pórticos, fuente, pila, estanque y vegetación traída de la Alhambra. El primer director de la Casa-museo fue nada menos que el hijo único varón del artista, de nombre Joaquín, quien aumentó el legado de la colección y creó la fundación que lleva el nombre de su padre. En el museo se exhibe el conjunto más importante de obras del pintor, ya que se trata de obras que el artista pintó por gusto así como retratos de familiares. En 1951, el acervo del museo creció con la entrega de todos los bienes por parte de Joaquín, hijo del artista, y en 1982, el Estado español completó la colección con diversas adquisiciones de autoría del pintor. Además de la obra pictórica del artista, el museo resguarda objetos que el pintor adquirió en vida como cerámicas, fotografías, textiles, joyería popular y mobiliario antiguo. ...
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Obra relacionada Más


Alberca del Alcázar de Sevilla
Joaquín Sorolla
1918
Este cuadro es una muestra de la producción última del artista Joaquín Sorolla. Si bien el artista español comenzó a pintar temáticas realistas y costumbristas, tiene también una vasta producción de cuadros que, por su estilo, manejo de la luz y pincelada suelta se identifica con el Impresionismo. En 1918, Sorolla realiza esta versión de los jardines reales en Sevilla. En la imagen se aprecia un arco de medio punto que conduce a un jardín trasero. La imagen del arco y la vegetación se proyectan en la alberca como en un espejo. Para crear la sensación de profundidad, el artista no utiliza la técnica de perspectiva tradicional, sino que por medio de las diferentes tonalidades de color gris, así como la mancha que sugiere la flor de geranio al fondo del cuadro, el artista logra convencer al espectador de la existencia de un plano posterior. Así entonces, el color tiene una función particular no solo para dar vida a los elementos del cuadro, sino para generar juegos de luz y profundidad, así como de volumen. La obra se exhibe en el Museo Sorolla. ...
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