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Monumento a Cuauhtémoc
Francisco M. Jiménez y Miguel Noreña (1887) México |
En 1877, el entonces presidente de México Don Porfirio Díaz, convocó mediante decreto un concurso artístico para un proyecto de ornamentación en el Paseo de la Reforma. Se buscaba erigir en esta avenida principal un monumento votivo a Cuauhtémoc, otro a Hidalgo y uno más a Benito Juárez con el fin de demostrar a las generaciones futuras los héroes que defendieron la patria. Este proyecto trataba entonces de hacer "objetiva" la historia nacional a través del arte con un sentido moral. Este monumento que en la actualidad se encuentra en la mencionada avenida de la Ciudad de México está compuesto por un basamento de planta cuadrada en cuyas caras se aprecian diversos bajorrelieves con escenas del rey mexica. En el del norte, aparece la escena del aprisionamiento de Cuauhtémoc; en el del lado sur, aparece el mismo en su tormento. Sobre esta base cuadrangular se levanta un zócalo donde aparecen inscritos los nombres de los reyes aliados que combatieron contra la conquista española: Cuitláhuac, Coanacoch y Cacama Tetepanquetzal. Todo el basamento ostenta elementos arquitectónicos que aluden a diversos edificios indígenas, como las columnas de Tula y las cornisas de los palacios de Uxmal y Palenque. Se podría denominar al estilo de esta construcción como "neoindigenista". La estatua de Cuauhtémoc representa al tlatoani en traje de guerra. Lleva en su cabeza un gran penacho de plumas, signo de su categoría señorial. Su pecho aparece cubierto con una coraza de algodón y sus hombros sostienen su manto. El tlatoani aparece en actitud digna en espera del enemigo combatiente. Sostiene en su mano derecha una macana y con la izquierda apoya su escudo sobre el suelo. A la muerte de Jiménez en 1884, continuó el proyecto el Arq. Ramón Agea. El escultor de la monumental estatua de Cuauhtémoc fue Miguel Noreña, entonces profesor de escultura de la Escuela de Bellas Artes, quien también ejecutó las lápidas del basamento. El monumento a Cuauhtémoc es una muestra espléndida de la fusión del clasicismo que se observa en el trabajo de la estatua con la arquitectura mexicana. |
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