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Valle de México desde el cerro de Santa Isabel
José María Velasco (1875) México |
El paisaje fue el género más ilustrativo en la historia del arte mexicano a finales del siglo XIX. Las vistas del Valle de México, en especial del pintor José María Velasco, conforman un ícono del arte mexicano y emblema territorial del país. Este cuadro fue pintado directo del natural, como relató el artista en un catálogo de su obra de principios del siglo XX. En este paisaje, realizado en lo alto del cerro de Santa Isabel, se aprecia la cadena montañosa que desciende hasta el cerro del Tepeyac, donde ocurrió la aparición de la Virgen de Guadalupe, hecho que fue narrado en la obra de "La virgen del pocito", de Ximeno y Planes. Al lado del cerro se aprecia la laguna de Santa Isabel, y dos calzadas unen La Villa con la Ciudad de México. La claridad de la atmósfera facilitó al artista la recreación de los detalles minúsculos de la vegetación y el paisaje, así como la escena familiar que aparece abajo del cuadro: una mujer carga a su bebé mientras un niño juega con dos perros. Este retrato familiar es un ejemplo de las escenas costumbritas recreadas por el artista en diversos paisajes del Valle de México. La presente obra participó en la Exposición Internacional de Filadelfia de 1876, con motivo de la conmemoración del centenario de Independencia de los Estados Unidos. Además, fue presentada en la Exposición de la Escuela Nacional de Bellas Artes de 1875. El cuadro se encuentra en el Museo Nacional de Arte de la Ciudad de México y tiene unas medidas de 226 x 137.5 cm. |
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