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El desayuno
Paul Signac (1886) Francia |
Los temas que los artistas aprendían a pintar en las Academias, como retratos y escenas domésticas en interiores, se siguieron representando a finales del siglo XIX y fueron retomados particularmente por los Impresionistas. Este movimiento tiene por consiguiente su fuente en el Realismo, en las escenas costumbristas y la vida cotidiana. De la misma manera, el Neoimpresionismo continúa creando escenas de las calles de París, así como escenas de interiores, como semblanza de la vida moderna. La paleta de los neoimpresionistas se componía de colores primarios de manera que al emplear los colores puros yuxtapuestos en la tela, el ojo del espectador pudiera mezclarlos y descubrir colores infinitos en el lienzo. En este cuadro se aprecia una escena al interior de una habitación. Un hombre y una mujer toman el té y a su lado aguarda la sirvienta del hogar. Se pueden apreciar los colores primarios que ha utilizado el artista en este lienzo, como el rojo, el azul, el amarillo, el blanco y el negro. Los puntos rojos y amarillos dan lugar al color anaranjado de los cortinajes, mientras los puntos de color azul más juntos en unas zonas y más dispersos en otras ofrecen distintas tonalidades para sugerir el sombreado que se puede observar, por ejemplo, bajo los platos de la vajilla o la tetera. La técnica del puntillismo de los neoimpresionistas no tuvo un recibimiento homogéneo entre los artistas, pues algunos criticaban la falta de movimiento en la atmósfera, así como en las figuras del lienzo. |
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