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Virgen de Guadalupe
Anónimo (Siglo XIX) México |
El culto a la Virgen de Guadalupe se remonta a principios del siglo XVII, y rememora la aparición milagrosa de La Guadalupana frente al indio Juan Diego en el año de 1531. Esto sucedió en el monte Tepeyac, el lugar donde estaba situado anteriormente un templo dedicado a la diosa mexica Tonantzin, relacionada con la tierra y la fertilidad. Su culto inicialmente fue rechazado por el clero y la población española a lo largo del siglo XVI, y fue hasta el siglo XVII cuando su culto fue establecido por la población criolla de la Nueva España. En 1737, la Iglesia dio reconocimiento oficial al culto y declaró a la Virgen como "Patrona de la Ciudad de México"; así mismo, estableció su fiesta el día 12 de diciembre. En 1754, la Virgen de Guadalupe fue declarada "Patrona de la Nueva España". A lo largo de los siglos, su imagen ha sido objeto de devoción y encomienda; ejemplo de ello es la utilización de su imagen en el estandarte del cura Miguel Hidalgo y Costilla, con el cual dio inicio el movimiento independentista de México en 1810. Durante este siglo, se propagó la representación de la Virgen sobre una luna menguante, cargada por un ángel, y de su figura emanan rayos solares. A partir del siglo XVIII, las imágenes de la Virgen incorporaron a su alrededor representaciones de la Capilla del Pocito, la cual fue erigida en el sitio de su aparición, e imágenes de sus cuatro apariciones consecuentes. Así mismo, se utilizó una leyenda en latín para conmemorar la imagen que se traduce como: "esto no sucedió en ningún otro país". Este lema fue obtenido de los Salmos que utilizaron los criollos para defender el carácter de Apocalíptica e Inmaculada de la Guadalupana cuya aparición, de acuerdo a sus fundamentos, estaba ya destinada aún antes de la Conquista española, inclusive de la historia de la humanidad. Su culto se propagó desde entonces hasta que fue declarada "Emperatriz de América" en 1910. La presente imagen se exhibe en el Museo Arocena de Torréon, Coahuila. |
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