El Mundo del Museo





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Museo Mural Diego Rivera
(1988)
México
Inaugurado el 19 de febrero de 1988, este museo fue creado ex profeso para resguardar uno de los murales más emblemáticos y enigmáticos del artista Diego Rivera. Aunque el museo promueve entre sus actividades diversas exposiciones temporales de artistas nacionales e internacionales, la obra central del recinto en exhibición permanente es el mural denominado "Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central". Éste había sido creado originalmente para decorar el muro del restaurante del antiguo Hotel del Prado, creado entre 1933 y 1948. El tema del fresco que se encomendó al Maestro Rivera era una representación de la Alameda Central, que quedaba frente al hotel. Como el mural creaba un contraste con el ambiente elegante del lujoso restaurante del hotel, fue trasladado al vestíbulo. Gracias a este hecho, el mural sobrevivió al terremoto de 1985, en el cual el hotel quedó destruido. El predio correspondiente al Hotel Regis en aquella época fue adquirido por el gobierno mexicano para crear un museo que resguardara la obra de Rivera. Así, entre las calles de Balderas y Colón, se ubicó este recinto cultural. Su propósito es acercar el público a la vida y obra de Diego Rivera, a través del mural y un programa anual de exposiciones temporales.

Página del Museo Mural Diego Rivera

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Museo de las Constituciones
México
Este museo perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México se ubica en el inmueble histórico que fue el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, fundado en 1572 por la Orden de los jesuitas. Una larga historia se desprende de los muros de este antiguo recinto colonial. La iglesia quedó abandonada cuando la Compañía de Jesús fue expulsada de la Nueva España en 1767, y el edificio fue ocupado por los curas del Sagrario metropolitano. Todos los retablos, pinturas y obras litúrgicas fueron dispersados a otros templos y a la Catedral. En 1822, el edificio fue convertido en salón de sesiones del Congreso, y fue en este lugar donde Agustín de Iturbide realizó su juramento como emperador en mayo del mismo año. En 1824, el Congreso constituyente se reunió en este espacio para redactar la primera constitución del país, y en octubre del mismo año tomaron sus cargos el primer presidente de México, Guadalupe Victoria, y el vicepresidente, Nicolás Bravo. Cinco años más tarde, el Congreso pasó a ocupar un salón construido ex profeso en el Palacio Nacional. Durante la década de 1840, la Iglesia celebró oficios religiosos quedando nuevamente abandonada en 1850 cuando el edificio fue ocupado como cuartel y luego Biblioteca del Colegio de San Gregorio. En 1853, la Orden jesuita fue restituida, pero tres años más tarde tuvo el mismo destino que las demás órdenes religiosas del país que fueron suprimidas. Durante la Intervención francesa, el inmueble fue ocupado por el ejército opositor, y fue hasta el año de 1882 que se le dio un uso distinto a sus espacios como correccional de menores. En 1920, por iniciativa del entonces Secretario de Educación Pública José Vasconcelos, el inmueble fue restaurado. Sus muros fueron dispuestos para la creatividad de la primera generación de muralistas del país. La cúpula del templo fue intervenida por la obra "El Zodiaco", de Xavier Guerrero. En 1921, Roberto Montenegro ejecutó el mural "El árbol de la ciencia", conocido también como "El árbol de la vida", considerado como la primera obra mural moderna. Los artistas Gabriel Fernández Ledezma y Julio Castellanos fueron sus ayudantes. Montenegro y Jorge Enciso diseñaron los vitrales del edificio con los temas de "Vendedora de pericos", "El jarabe tapatío", y "Escudo de la Universidad Nacional de México", ejecutados por Eduardo Villaseñor. En el inmueble se pueden apreciar también decoraciones con azulejos diseñados por el artista Fernández Ledesma. Durante la década de los veinte, el edificio albergó las oficinas de Campaña contra el Analfabetismo, la Escuela Popular Nocturna de Música, a cargo de Jesús Reyna Araoz en 1927, y posteriormente albergó un Museo de la Industria. Entre 1927 y 1930, los directores de la anterior Academia de San Carlos, Alfredo Ramos Martínez y Diego Rivera, convirtieron la nave del templo en espacios para talleres. En 1929, la antigua iglesia pasó a formar parte de la Universidad Nacional Autónoma de México. En los primeros años de 1940, el edificio fue remodelado por los arquitectos Jorge Medellín y Alfonso Pallares, y en 1944, el entonces presidente de la República, Manuel Ávila Camacho, inauguró la Hemeroteca Nacional en este lugar. Las publicaciones periódicas encontraron su nuevo espacio repositorio en el edificio de la actual Hemeroteca Nacional en la Ciudad Universitaria en 1979, diseñado por el arquitecto Orso Núñez. En 1995, el antiguo templo de San Pedro y San Pablo albergó el Museo de la Luz, creado por el Dr. Jorge Flores, la Dra. Ana Cetto y el Dr. Luis Peña. Fue en el año 2010 que por iniciativa del entonces rector de la Universidad Nacional, José Narro Robles, la UNAM creó el actual Museo de las Constituciones. Cada uno de los espacios de este museo está dedicado a la presentación del contexto social y político en que fueron formuladas las diversas constituciones de nuestro país, así como su vigencia. Comienza el recorrido por la Constitución de Cádiz de 1812, vigente en los últimos años del virreinato, y la creación posterior de la Constitución de Apatzingán en 1814 por José María Morelos y Pavón. Continúa el recorrido por la exposición sobre la Constitución de 1824 que fue elaborada en este mismo espacio del ex templo. A continuación se presenta un espacio dedicado al análisis de las Constituciones de 1836 y 1843, seguidas por el Acta Constitutiva de Reformas de 1847. El espacio siguiente aborda el contexto en que fue elaborado el Plan de Ayutla y la lucha entre los partidos liberal y conservador, seguido de un espacio dedicado al análisis de la Constitución Federal de 1857, la cual dio origen a los Estados Unidos Mexicanos. Las últimas salas están dedicadas a la presentación de las Leyes de Reforma, incorporadas a la Constitución de 1857 por la República Restaurada de Manuel Lerdo de Tejada. Finaliza el recorrido con una breve historia del pasado mexicano, desde el período del Porfiriato y la Revolución mexicana hasta la instalación del Congreso Constituyente, el cual elaboró nuestra Carta Magna actual el 5 de febrero de 1917. ...
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Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central
Diego Rivera
1946
En esta obra mural, elaborada con la técnica del temple, el artista Diego Rivera decidió recrear una historia sintética de la historia de México, tomando como escenario la Alameda Central. El Hotel del Prado, para el que fue creado esta obra mural de 4.17 x 15.67 ms, colindaba con dicho parque, que también fue elegido por el artista por ser éste testigo de trascendentales sucesos en la historia mexicana. El manejo del tiempo es fundamental para entender la composición de la obra, pues conduce la historia de México en la Alameda de manera onírica. Hombres y mujeres que pasean o aparecen sentados en las bancas del parque imaginan o sueñan sus vivencias personales, sus recuerdos del pasado, pensamientos del presente e imágenes del futuro. La temporalidad se centra en los albores del siglo XX en México, cuando Diego Rivera era un niño. Su figura aparece al centro de la composición, tomado de la mano de La Catrina, creación del grabador José Guadalupe Posada que a su vez es tomado del brazo por la calaca femenina. A partir de este centro, hacia la izquierda se representa el México Virreinal desde la Conquista a la Independencia. A la derecha, la Revolución Mexicana y el futuro de la nación. En el lado izquierdo del mural, aparecen las figuras de José María Vigil Robles (1829 - 1909), profesor de Diego de la preparatoria, quien rememora el pasado virreinal, por lo que sobre su cabeza suceden imágenes de Hernán Cortés y Fray Juan de Zumárraga, los cuales observan un acto inquisitorio. Más adelante surgen las figuras de Agustín de Iturbide y debajo de él Antonio López de Santa Anna como detractor de la nación. En la Alameda se aprecia la figura de un hombre dormido que sueña con los tiempos en que participó en las fuerzas armadas de Benito Juárez, cuya imagen aparece sobre el soñador. Además del discurso estético histórico, Rivera diseñó una crítica a la sociedad política de finales de la década de los 40 a través de la representación de figuras eclesiásticas al lado de personajes políticos, con lo cual el autor ejemplifica la complicidad corrupta entre ambas instituciones sociales. ...
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