La tumba 104 de Monte Albán fue un descubrimiento importante en la antigua ciudad zapoteca, pues unifica rasgos de la pintura, la escultura y la arquitectura zapoteca. En su interior, sus muros aparecen decorados con pinturas que guardan semejanza con el estilo teotihuacano, inclusive en el uso de los colores brillantes: rojo, azul y amarillo. Su entrada está enmarcada por un portal con la moldura en voladizo, elemento recurrente en las edificaciones de Monte Albán. La entrada a este recinto está custodiada por una urna que lleva en su tocado una representación de Cocijo, el dios de la lluvia zapoteco. La reconstrucción de la tumba se puede apreciar en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México. Monte Albán. Paseo Virtual INAH. |